martes, 5 de abril de 2011

El ciclismo, una leccion para toda la vida



El ciclismo es el deporte que más se parece a la vida misma, nos hace sufrir, nos hace vencer, nos hace ver cada día como algo muy distinto. Hoy no escribo sobre una competencia, solamente intento descifrar lo que hay en la cabeza de los ciclistas, y el ¿por qué? Se enganchan tanto en el ciclismo, ya sea de mtb o de ruta y ese enganche dura toda la vida aunque ya no practiquemos la disciplina como tal.

Desarrollamos una especie de óptica humilde y diferente hacia cada aspecto que encontramos en “la calle”, así le llamo yo al día a día, la calle que nos enseña tanto y es tan traicionera y a la vez tan gratificante. Aprendemos a cuidarnos de las malas intenciones y a tener una visión infrarroja sobre la situación que nos encontramos. Sabemos que muchas veces actuar durante solamente 1 minuto puede cambiar mucho en nuestro entorno, por ende valoramos cada segundo de nuestras vidas.

Aprendimos a no burlarnos de una bicicleta fea o vieja, ya que sabemos que en competencia esas palabras casi siempre uno se las termina tragando. De la misma manera sabemos que las personas más humildes son las que más valen en este deporte. Y con esa ideología llegamos a actuar en el trabajo, nuestros hogares y en la familia, valorando lo que se debe valorar, disfrutando los momentos que sí valen la pena y agradeciendo cualquier paso, cualquier respiro.

¿Cuántas veces nos caímos de la bicicleta desde que nos enseñaron a andar? Golpes duros, sangre, quebraduras, puntos de sutura, atropellos y hasta hemos perdido amigos valiosos en carretera. Pero siempre logramos sacar provecho hasta de esas experiencias, aprendemos a caer mejor, actuamos de la forma correcta en las emergencias y hasta incluso manejamos los problemas con más frialdad y con la mente más clara. No es cualquier adversidad la que nos tumba, desarrollamos un espíritu fuerte y luchador, además somos constantes en las tareas difíciles y las sacamos adelante.

Muchas veces vemos a gente quejándose por cosas innecesarias para subsistir, quieren un carro mejor, el último teléfono celular, la mejor ropa, los zapatos más caros, ¿y para qué? Lo que realmente importa se lleva dentro, siempre se tiene y con eso determinamos nuestra actitud y manera de ser, el alma, el cerebro y el corazón, este tríptico nos lleva a un término: La pasión.

En esta vida no tenemos nada, solo la vida misma, por eso hay que valorar las cosas al 100%, vivir intensamente con pasión y determinación sino se está destinado al fracaso, lo mismo sucede en nuestro deporte.



Jose.

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