Fue un momento de debilidad. En aquel instante, el gigante se sintió hormiga. Después de dos semanas de dominio, el 18 de julio de 2000, a Lance Armstrong le entró el pánico.
Ascendía Saisies, quedaban 170 kilómetros para la meta y atacó Pantani. Ardió Troya. Respondió Ullrich, respondió Beloki, respondió Heras. Sólo el teléfono de Armstrong comunicaba... Estaba hablando por otra línea. No sabía que aquello era el desesperado canto del cisne del Pirata y sintió que perdía el Tour.
Así que a través de la radio interna del equipo se puso en contacto con Michelle Ferrari, su médico. «Ataca Pantani, ¿qué hago?», le preguntó al hombre de los consejos certeros, al controvertido discípulo del doctor Conconi, llamado en algunos medios doctor Epo, y que está inmerso en un proceso judicial abierto por la Fiscalía de Bolonia.
El reglamento lo permite. Al menos no lo prohíbe. Está penado con 100 francos suizos (67,6 euros), utilizar el teléfono móvil, pero no especifica sobre el establecimiento de llamadas a través de operadora. Y Johan Bruyneel -director del US Postal- hizo de operadora aquel día. Y otros más, porque el médico, Michele Ferrari, ha confesado al periódico danés Extra Bladet que aconsejaba en carrera a Lance Armstrong. Aquel día le pidió calma, «que le dejara correr». Demostró sabiduría. Pantani no acabó aquella etapa y Armstrong hubiera podido perder el Tour si llega a seguir la rueda del italiano.
Las llamadas eran constantes: «Con él hablaba dos o tres veces en cada etapa», afirma Ferrari. Lo hacía, como es lógico, en secreto. Ahora, esa privacidad no es necesaria, desde que el Sunday Times desveló la discreta relación médico-paciente que mantenían los dos personajes de la historia.
«Nunca he ocultado mis visitas, aunque no las haya hecho públicas», manifestó Armstrong a La Gazzetta dello Sport cuando el semanario británico publicó la información.
El texano afirmó que sacaba un billete a su nombre y reservaba una habitación a su nombre cada vez que acudía a la consulta del médico. Además abundaba: «Ahora me está asesorando para intentar batir el récord de la hora». Este intento quedó en el limbo después del ataque terrorista del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Pero siguen manteniendo la relación: «Como con otros ciclistas», dice Ferrari, «aunque nunca desvelaré sus nombres porque eso les da mala imagen».
Armstrong considera a Ferrari «un hombre honrado», y el italiano dice que temía que si se hacía pública la relación entre ambos descentrara al ciclista norteamericano.
Giro y dopaje. El fiscal que se ocupa del caso de dopaje en la última edición del Giro de Italia, ha ampliado a más de 80 el número de investigados.
En la nueva lista figuran los españoles José Luis Arrieta, David Latasa, Pablo García Lastras, David Navas, Jon Odriozola, Unai Osa y César Solaun (coredores de Ibanesto.com) y Alexis Rodríguez (Kelme). Asimismo, también aparecen los nombres de Vicente Belda, Francisco José Fernández, Yolanda Fuentes (hermana de Eufemiano Fuentes), del Kelme, y Zurbano Galilea (asistente del Ibanesto.com), Jesús Hoyos e Iznauarte (directivos del Ibanesto) y Juan Sunol (mecánico del Kelme).
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